“Benji” es de esa clase de
personas que cae bien a todo el mundo por su gran humildad, su mentalidad
positiva, su buena educación y la tranquilidad que transmite a todo el que le
rodea. Además, su largo cabello y barba
morena generan en varios casos comparaciones con Tarzán o Jesucristo.
El cambio de rumbo que ha tomado este chico en su vida ha sido realmente espectacular. Ya desde muy joven, con apenas 18 años debutó en los juveniles del equipo de rugby de Toulousse y, al poco tiempo, llegó a alcanzar el primer equipo, enfrentándose a jugadores de primer nivel en estadios que llegaban a acoger los 30.000 espectadores. Sin lugar a dudas, todo un sueño para muchos, pero no para Ben, pues al mismo tiempo, quería continuar sus estudios de cara a un futuro más estable y apaciguado que el que ofrecía el mundo del rugby.
Esto le llevó a renunciar al que
entonces era su trabajo (y un sueño para muchos) para estudiar arquitectura en Burdeos. Aunque, al acabar sus estudios y realizar
las primeras prácticas en una empresa, se dio cuenta de que permanecer sentado
en una oficina frente a un ordenador no era lo suyo.
Así pues, un buen día decidió dejarlo todo, coger la mochila y partir a Argentina
esperando poner las ideas en su sitio y aclararse sobre qué hacer con su vida. Tal fue la experiencia que tras 5 intensos meses en aquel
país viviendo grandes experiencias con gente inolvidable decidió volver.
Aunque esta vez sería por 6 meses y junto a un amigo al que tuve la suerte de
conocer mientras trabajábamos el verano en Millau: Colin.
Debido a la experiencia de Colin y
su espíritu montañero, aquellos 6 meses
se destinaron a la escalada y el senderismo por majestuosos parques
naturales y enormes paredes verticales que llamaban a su ascensión. Lo cual, no
quita lugar para que aprovechasen y visitasen los países vecinos: Chile, Perú y
Bolivia o la propia Argentina, donde vivieron grandes anécdotas como la que se
cuenta en el vídeo, quedándose en
calzoncillos en medio de la intemperie atracados por unos hombres con machetes
y pistolas.
Finalmente, estas vivencias sirvieron
para que Benji –al igual que Colin- se diese cuenta de que estaba destinado a vivir al exterior, en contacto
con la naturaleza y de cara a las personas. De modo que, al llegar a su
pueblo natal –Millau- decidió hacer ese cambio radical y trabajar en una
empresa de turismo activo destinada a la realización de actividades deportivas
en la naturaleza, tales como barrancos, rafting, escalada, descensos en canoas,
puenting o paintball. De hecho, fue allí donde coincidieron nuestros caminos y tuve
la gran suerte de conocer a Benji y Colin, al principio como compañeros de
trabajo pero rápidamente como amigos.
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