sábado, 5 de septiembre de 2015

BENJAMIN: de jugador de rugby profesional a arquitecto y monitor de barrancos

“Benji”  es de esa clase de personas que cae bien a todo el mundo por su gran humildad, su mentalidad positiva, su buena educación y la tranquilidad que transmite a todo el que le rodea. Además, su largo  cabello y barba morena generan en varios casos comparaciones con Tarzán o Jesucristo.

El cambio de rumbo que ha tomado este chico en su vida ha sido realmente espectacular. Ya desde muy joven, con apenas 18 años debutó en los juveniles del equipo de rugby de Toulousse y, al poco tiempo, llegó a alcanzar el primer equipo, enfrentándose a jugadores de primer nivel en estadios que llegaban a acoger los 30.000 espectadores. Sin lugar a dudas, todo un sueño para muchos, pero no para Ben, pues al mismo tiempo, quería continuar sus estudios de cara a un futuro más estable y apaciguado que el que ofrecía el mundo del rugby.
Esto le llevó a renunciar al que entonces era su trabajo (y un sueño para muchos) para estudiar arquitectura en Burdeos. Aunque, al acabar sus estudios y realizar las primeras prácticas en una empresa, se dio cuenta de que permanecer sentado en una oficina frente a un ordenador no era lo suyo.
Así pues, un buen día decidió dejarlo todo, coger la mochila y partir a Argentina esperando poner las ideas en su sitio y aclararse sobre qué hacer con su vida. Tal fue la experiencia que tras 5 intensos meses en aquel país viviendo grandes experiencias con gente inolvidable decidió volver. Aunque esta vez sería por 6 meses y junto a un amigo al que tuve la suerte de conocer mientras trabajábamos el verano en Millau: Colin.
Debido a la experiencia de Colin y su espíritu montañero, aquellos 6 meses se destinaron a la escalada y el senderismo por majestuosos parques naturales y enormes paredes verticales que llamaban a su ascensión. Lo cual, no quita lugar para que aprovechasen y visitasen los países vecinos: Chile, Perú y Bolivia o la propia Argentina, donde vivieron grandes anécdotas como la que se cuenta en el vídeo, quedándose en calzoncillos en medio de la intemperie atracados por unos hombres con machetes y pistolas.


Finalmente, estas vivencias sirvieron para que Benji –al igual que Colin- se diese cuenta de que estaba destinado a vivir al exterior, en contacto con la naturaleza y de cara a las personas. De modo que, al llegar a su pueblo natal –Millau- decidió hacer ese cambio radical y trabajar en una empresa de turismo activo destinada a la realización de actividades deportivas en la naturaleza, tales como barrancos, rafting, escalada, descensos en canoas, puenting o paintball. De hecho, fue allí donde coincidieron nuestros caminos y tuve la gran suerte de conocer a Benji y Colin, al principio como compañeros de trabajo pero rápidamente como amigos.
 Actualmente, Benji se encuentra formándose para el título de monitor de barrancos y cañones y Colin -que fue quien me enseñó el fascinante mundo de la escalada- se encuentra en el pirineo francés como instructor de snow.

jueves, 25 de junio de 2015

MILLAU (MIDI-PYRÉNÉES), FRANCIA. JULIO-AGOSTO 2015

Me encontraba en el último curso de la carrera y sabía que, al acabarlo, tendría toda una vida por delante, llena de metas y deseos por cumplir, como seguir viajando por el mundo, aprender otras lenguas, conocer otras culturas o afrontar nuevos retos y aventuras. Por ello, en lugar de convalidar algunas de las muchas prácticas que ya he ido realizando a lo largo de la carrera, decidí buscar unas últimas ya que, si quería salir al extranjero, de esta manera iba a ser más sencillo que las empresas me aceptasen en su equipo de trabajo, siendo al mismo tiempo más flexibles y permisivas
Tras haber practicado el inglés en Polonia -y sabiendo que en Octubre también lo iba a utilizar en Filipinas-, acabé decantándome por buscar prácticas en Francia y así refrescar lo aprendido el verano de 2013 en Bretaña.
La universidad apenas ofrecía nada fuera de España, de modo que tuve que buscar todo por mi cuenta y, al final, acabó siendo mejor, ya que pude dirigirme hacia un sector en el que aún no había trabajado y del que no se reciben ofertas en la universidad: el TURISMO DE AVENTURAS.
Así pues, tras varios meses enviando mi CV y carta de motivación en francés a cientos de campings y empresas de turismo activo de Francia, acabé siendo aceptado en una empresa del sur del país, llamada Roc et Canyon y situada en la encantadora localidad de Millau, con una población de 25.000 habitantes. Para colmo, las condiciones que me ofrecían de estas prácticas eran mejores que en la mayoría de los casos españoles y, al tener lugar en el extranjero, pude solicitar la beca ErasmusPlus, de la que he acabado siendo beneficiario. En esta ocasión ni dormía en un hotel -como en Lloret de Mar- ni en un apartamento -como en Bretaña- sino que lo hacía en una caravana que me aportó la empresa (mobilehome): situada a 30 metros de mi puesto de trabajo.

El recorrido era de unas 8 horas en coche desde Zaragoza, por lo que ésta se convirtió en una oportunidad perfecta para que mis padres y hermano me acompañasen hasta Millau y así, realizar un viaje en familia que tantos años llevábamos sin hacer.
Comenzamos pasando la noche en la Costa Brava y seguimos el día siguiente hasta Montpellier, que cumple todos los rasgos metropolitanos típicos de una ciudad francesa. Para mayor sorpresa, nos sentimos bastante orgullosos -como buenos aragoneses- de encontrar en esta ciudad tantos vestigios de una ciudad que, en su tiempo, formó parte de la Corona de Aragón. Pero, el problema de Montpellier fue, sin lugar a dudas, desplazarse a través de todas las obras que en ella había y que, en lugar de realizarlas por secciones, estaban esparcidas por toda la villa.
Finalmente, al tercer día llegamos a la esperada Millau, situada a los pies de un hermoso valle, en medio del Parque Nacional de Cévennes y el Parque Natural des Grand Causses, pero mundialmente conocido por su famoso viaducto, el más alto de Europa y hasta hace poco del mundo con 343 metros de altura. Aquí tras despedirme de mis padres y hermano, comencé a instalarme en la caravana.
Situada entre estos dos parques y con los ríos Dourbie y Tarn  a su paso, Millau goza de un paisaje único e idóneo para realizar todo tipo de actividades en la naturaleza como: descenso de barrancos, parapente, paracaidismo, kayak, rafting, escalada, puenting, espeleología, vías ferratas, senderismo, pesca deportiva o rutas BTT. 
Aquí mi labor era bastante polivalente, y se basaba tanto en los servicios de acogida, información y logística como en los de distribución de equipos e incluso trasporte de clientes en furgonetas.      
Para colmo, no vivía solo en la caravana, sino que la compartía: al principio con una chica holandesa del trabajo bastante introvertida y después, tras mudarse ésta a un apartamento, fue con otro compañero del trabajo holandés, Rob. 
Nuestro equipo estaba formado por 16 personas de las que nosotros tres éramos los únicos extranjeros y, por suerte, tuvimos la suerte de formar un ambiente realmente agradable y bastante simpático, lleno de vitalidad y perteneciente a todo rango de edad; desde mis 22 años, hasta los 55 de los monitores más veteranos. 


Sin duda, ésta fue una ocasión única para profundizar mis conocimientos en el sector, disfrutar del paisaje y, al mismo tiempo, beneficiarse de los servicios que la empresa ofrece gratuitamente a sus trabajadores –claro está-. Por ello, aprovechaba cualquier ocasión y día “en repos” (día libre) para apuntarme a todas las actividades que había planificadas en ese día. He aquí un vídeo de todo lo que tuve la oportunidad de disfrutar: descensos de barrancos, kayak, puenting, parapente y mucho más:


miércoles, 28 de enero de 2015

FITUR 2015 (Feria Internacional del Turismo)

No es que haya sido un viaje precisamente exótico o extraordinario. Sin embargo, trabajar en el stand de Aragón durante los 5 días de feria resultó verdaderamente enriquecedor. En esta ocasión, mi labor no era otra que la de conocer mi tierra para así poder darla a conocer a los demás, bonito ¿verdad?. Hay tanto que ofrecer...:

-1 Parque Nacional
-4 Parques Naturales
-5 Parques Culturales
-4 Denominaciones de Origen de Vinos
-Y sobre todo, una gran diversidad orográfica, que incluye tanto cordilleras y sierras nevadas como un desierto único en Europa por su ecosistema, declarado Zona Protegida
-Y Reservas de la Biosfera y Paisajes Protegidos y Monumentos Culturales y arte protegido por la UNESCO y... etc, etc, etc
Para alguien como yo -estudiante universitario de Turismo- esta feria supuso una gran oportunidad para conocer con mayor profundidad el funcionamiento del sector, pues aquí estaban representados los diferentes agentes implicados en el Turismo: desde touroperadoras, compañías aéreas o cadenas hoteleras hasta asociaciones de actividades turísticas menos masivas como el turismo activo, de naturaleza, gastronómico o de salud.

Mientras estaba detrás del mostrador observé que había gente con pases de "Bloggers", pero, desafortunadamente, no pude entablar grandes conversaciones con ellos debido a la gran cantidad de turistas y profesionales del sector que debía atender. Sin embargo, en una de estas ocasiones tuve la suerte de poder conocer a Cristina, que lleva el blog de viajes IdayVuelta.com. Gracias a ella pude saber un poquito más acerca del mundo de los viajes y la forma de gestionar los blogs. Os aconsejo echarle un vistazo.

Finalmente, en el stand de Aragón de FITUR pude también comprobar, por experiencias propias de los allí presentes, las relaciones institucionales y de colaboración que se establecen entre el sector privado y público de cara al turismo que, por lo general, aún deja mucho que desear: El Turismo de Interior es un sector clave en Aragón y, por lo tanto, debe seguir fortaleciéndose con el paso de los años a través de una cooperación centralizada que otorgue mayor unidad a los diferentes empresarios del sector.

martes, 8 de julio de 2014

CAMINO DE SANTIAGO (JUNIO 2014). Camino del Norte

Cala de Prellezo, Cantabria
Nunca había pedaleado más de 18 kilómetros en mi vida y ni siquiera tenía una bicicleta decente. Pero era tal la ilusión que tenía por hacer el Camino de Santiago que, tras pedirle la bici a un amigo, decidí emprender la aventura junto a Xabi: quien ya se había pedaleado Chile de norte a sur con tan solo 18 años.
En aquel momento él se encontraba en España y yo de Erasmus en Polonia, de modo que toda la planificación debió ser desde la distancia. Y la fecha que nos marcamos fue nada más volver de aquel tercer año de mi carrera, en Julio de 2014.       
Juan, Xabi y yo en el País Vasco
A esta aventura se acabó uniendo mi amigo Juan, quien tras contarle mis intenciones en uno de mis viajes a Holanda, no pudo resistirse.
La ruta escogida fue la del CAMINO DEL NORTE, comenzando en San Sebastián, donde se me pinchó una rueda a los 10 km de empezar. 
Por suerte, durante el resto del viaje no tuvimos mayores percances que alguna salida de la cadena o alguna alforja mal ajustada. 



PAÍS VASCO
Getaria, PAÍS VASCO
Mirador de Itziar, PAÍS VASCO
Pinchazo a la salida de San Sebastián
El País Vasco se caracteriza por las empinadas pendientes de sus incesantes puertos de montaña y por su cambiante climatología: tan pronto estábamos en manga corta como debíamos ponernos los chubasqueros y cubrir las alforjas por las fuertes lluvias. Para colmo, apenas habíamos ensayado previamente al camino, por lo que este tramo del camino fue seguramente el más fatigante de todos.
Pese a ello, todo se compensaba con el buen trato de los vascos y el respeto hacia los ciclistas en la carretera, muchas veces acompañado con un motivante "Aúpa". Pero lo mejor de todo llegaba a la hora de las comidas, ya que al decir que éramos peregrinos y que nos esperaban más de 800km por delante, nos ofrecían cuencos enteros donde nos dejaban servirnos tantas veces como queríamos.
Todas nuestras etapas acababan en los albergues de peregrinos o, en algunos casos, en hostales privados. Los precios giraban en torno a los 5€ la noche y solían disponer de varias literas en una misma habitación para alojar al mayor número posible de peregrinos. Aquí coincidíamos con nuevos peregrinos con los que contábamos historias del camino y compartíamos momentos inolvidables.



CANTABRIA
Entrada a Cantabria desde Getxo
Castro Urdiales, CANTABRIA
Islares, CANTABRIA
Santoña, CANTABRIA
La media de kilómetros diarios era de unos 75, aunque había días en los que superábamos los 90 y otros en los que apenas llegábamos a los 55. Todo dependía de lo apurados que fuésemos de tiempo, de nuestra forma física, del nivel de pendiente o de la climatología. 
Al llegar a los albergues y ver a los peregrinos que hacían el camino a pie, nos dábamos cuenta de la comodidad que suponía moverse en bici, ya que podíamos remediar fácilmente la tensión de nuestras piernas con un poco de crema, estiramientos e incluso baños de agua fría en las playas del cantábrico. Algo que para los viandantes supone un gran esfuerzo en muchas ocasiones y que acaba dejando sus pies llenos de ampollas y sus rodillas y espaldas hechas trizas, al tener que cargar durante semanas una mochila de unos 10 kilos a sus espaldas. 
Fue en el tramo de Cantabria donde encontramos algunas de las mejores calas del camino y lugares naturales realmente hermosos.

ASTURIAS
Llastres, ASTURIAS
Luarca, ASTURIAS
Ribadesella, ASTURIAS
Una de las principales razones por las que escogimos el Camino del Norte fue por la constante compañía del mar y los hermosos paisajes que nos ofrecía. Además resultaba muy agradable acabar las duras jornadas de pedaleo con un buen baño en las frías aguas del Mar Cantábrico, especialmente para la circulación de las piernas. Asimismo, siempre que lo veíamos a nuestra derecha significaba que estábamos tomando la dirección correcta hacia Galicia.
Aquí tuvimos la suerte de ver una gran cantidad de pueblos con encanto, y declarados como unos de los más bellos de España, como era el caso de Llastres.



GALICIA
Ribadeo
Playa de Las Catedrales
Entrada a A Coruña
Monte Do Gozo
Santiago de Compostela
Al llegar a la parte de Galicia, comenzamos a dejar el mar a nuestras espaldas desde la Playa de Las Catedrales en Ribadeo para adentrarnos en la profunda Galicia, por lo que ya no contábamos con el mar como referencia -para colmo, nos sorprendió ver que la señalización era más escasa en esta parte que en las regiones previas-. 
Sobrado Dos Monxes con Thomas
Aquí pudimos pasar por hermosos pueblos como Lourenzá, Villalba o Sobrado Dos Monxes y toparnos con mayor multitud de peregrinos que venían de varios caminos, como el francés o el portugués. Los había que venían andando desde Francia o los que lo hacían en familia, aún teniendo que llevar en carrito y a las espaldas a sus hijos. También en esta etapa topamos con Thomas, un alemán que vendió su coche y su casa y se disponía a dar la vuelta al mundo.
Afortunadamente, desde el minuto uno Juan, Xabi y yo creamos un gran equipo lleno de vitalidad, optimismo y una gran fuerza mental que durante todo el camino nos acompañó y nos empujó a seguir adelante en momentos de flaqueza. 
Siempre que estábamos cansados hacíamos bromas, cuando llovía cantábamos como locos o cuando queríamos motivarnos echábamos carreras inacabables. 
Finalmente, tras 2 semanas pedaleando, decenas de anécdotas y 860 kilómetros a nuestras espaldas pudimos disfrutar del placer que se siente al llegar a Santiago de Compostela después de tan largo viaje. Fue una experiencia única y digna de admirar que con mucho gusto espero repetir